lunes, 24 de diciembre de 2007

La Ultima vez


Hoy desperté y tu amor se encontraba tirado en el rincón más oscuro de la habitación. Surgía recién la mañana (que se preguntaba insinuante) y continuó su transcurso: mientras tanto yo, que permanecía estirada e inmóvil envuelta entre sábanas, te tuve bajo una cortina de sueños de los que en realidad, ninguna vez en nuestras vidas vivimos. Fui entonces, corriendo a tu casa a tomar coca-cola con Papá después de bajarnos del auto. A paso raudo llegué al final del pasaje que cobija tu hogar, así mismo abrí con desenfreno la reja y la puerta de la entrada principal. Sin previo aviso me vi desesperada buscando(te) en la sala de estar, la pieza y en el baño. Luego por inercia atravesé aquella puerta sugerente inserta en la muralla deteriorada que hay en la cocina de tu casa en ese momento vacía, y te encontré acurrucado en ti mismo y ahogándote en el mar de tus lágrimas junto a tu perro blanco y café en aquel patio tuyo fatigoso de estar desierto. Te tomé entre mis brazos y rescaté tu cuerpo de aquel abismo profundo e insipiente para arrimarlo junto al mío otra vez; y con mis manos tomé tu rostro agrietado y acaricié con mis labios cada una de las penas que se desmoronaban dejando caminos húmedos en tus mejillas cansadas. Palpé la humedad de tu boca con mi lengua una vez más, después de haberlo hecho de un millar de otras veces antes. Previo a dejarme dar un paso atrás y verme la espalda, encadenaste tus extremidades rodeando mi cuerpo y me rogaste entre sollozos que desistiera… La mañana se extinguía dando paso a mi hora de partida: Salté hacia atrás por dentro y al recorrer por los pasajes de nuestra historia solo pensaba en lo mucho que lamentaba haberte deformado por dentro, entonces te miré y volví a tus ojos, e hicimos el amor por última vez antes de irme, esta vez y después de tantas otras, por siempre y para siempre de tu vida.

lunes, 15 de octubre de 2007

Esfumar.

Déjame solo, de solamente
Déjame solo, de soledad
Si como más que tú
Y vivo más que tú
Y rezo más que tú
Ay como duele saber
Que no volveré a verte...

jueves, 11 de octubre de 2007

Amor amor

Ahh.. la vida. Tomé aire y boté un suspiro. Junté el par de monedas que aún quedaban en mi bolsillo, así mismo tomé el paquete de cigarrillos, el encendedor, las llaves y dejé un aviso. Con paso parsimonioso caminé hacia el almacén que quedaba dos calles más abajo y transité por la acera con el rostro elevado intentando no pestañar, o si no, se me caería el par de lágrimas escurridizas que de hace rato venían manipulándome con el cogote apretujado. Mojé los zapatos con una posa de barro y lluvia que estaba estancada desde la tarde anterior. Si, el cielo se nubló y rompió en llanto al igual que yo, cuando te oía horrorizada: “Talvez ya no te amo”. Dí un paso hacia atrás. ¿Me abrasaste por generosidad? ¿Besaste mis labios empapados en lágrimas por desolación? Ahh la vida… Tú, nosotros, y las inoportunas complicaciones. Te amo, aún te amo.
Con la voz sabor a angustia, pena, humo y tabaco pedí un par de leblones para volver a endulzar la vida, aunque me moje los zapatos
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domingo, 7 de octubre de 2007

Una visita al pasado.




Resulta que tenia como ocho años, y vivía en un pasaje (del cual no podía salir) acá en cerrillos, y resulta que me juntaba con unas niñas, que eran hermanas; ellas vivían como a tres casas de la mía, y el padre de ellas era rebuena onda conmigo, a veces nos regalaba dulces, y otras, hasta jugaba con nosotras un rato. Y un domingo, me dijo: “Vamos a la plaza de los juegos con la Pauli y la Camila, (las hermanas) …quieres venir? Entonces fui a pedir permiso, (eran como las cuatro de la tarde y milagrosamente mi papá me dejó ir con ellos) así que fuimos a columpiarnos a la plaza que estaba al lado de una Multicancha y que tenía muchos juegos y estaba rodeada por insuperables y gruesas ligustrinas (yo no me salía por nada del mundo del columpio). La horas se escurrieron rápidamente como agua ligera que se filtra entre un par de manos cóncavas para estancarla.
Ya como a las seis de la tarde nos íbamos de vuelta a casa... Y mientras volvíamos arranqué del camino un par de flores para recordar lo lindo que lo habíamos pasado, pero al una roza me pinchó la yema de mi dedo rechoncho, y lloró una que otra gota de sangre, pero a mí no me importó.
Llegué a casa muy, muy contenta, a pesar de mi dedo herido y un poco de dolor de cabeza porque me había caído del columpio que se había puesto violento, porque lo empujaron muy fuerte al darme vuelo. Llegué y mi papá no estaba... encontré la casa sola y con mi abuela en su cuarto regañándome y preguntándome si me mandaba sola (cosa que no entendía porque tenía el permiso de papá para ir a jugar). Llegó mi papá en la moto (después de salir a buscarme con desenfreno) y me preguntó donde estaba metida y qué me creía... me golpeó fuerte en el rostro y el cuerpo ...y mis flores cayeron al suelo junto con mis lágrimas. El rostro se me hinchó un poco y me quedó el ojo un tanto azul verdoso, al igual que mis piernas; me castigaron un par de semanas sin salir más al pasaje y sin ver televisión.
Y Todo por el solo hecho de que no había explayado bien cual plaza era a la que iríamos, esa que queda una calle más arriba, no la otra, que está al lado de mi pasaje.

sábado, 6 de octubre de 2007

Papá (Noel)

Siempre escucho decir que no hay mas ciego que el que no quiere ver, (a veces pienso que sufres de cataratas) y me viene el flechazo recurrente a la cabeza de que el problema radica en que ya nadie recuerda cuando empezó el problema y nos quedamos ciegos para siempre jamás y nunca nunca más volvimos a vernos chapoteando en el mar de adversidad presente; entonces con tanto y tanto ajetreo que viene y va, arriba, abajo, de aquí a allá, aquí, aquí adentro, en mi cabeza, durante las malditas y largas horas de mis días consumidos a trago lento por el atardecer afanoso de germinar un cielo azul de terciopelo, pecas brillantes y un globo blanco y mudo como mi boca, me pego un buen apretón de muelas y un río de lágrimas sabor a mar que se tiran en caida libre desde mis ojos al suelo amparadas de mis brazos cansados y mis piernas lloronas, y siempre, pero siempre, me pregunto cuándo fue el momento exacto en que nos convertimos en un par de extraños: ¿Fue desde siempre quizás? ¿Fue acaso cuando dejamos de creer en nuestras promesas? Ya casi no recuerdo donde quedó el tiempo (ese que era nuestro), porque creo que huyó a vuelo de pájaro y no lo veo aletear desde la ultima vez, esa cuando se fue a dar una vuelta a la Luna y después al Polo Norte y vino un rato de visita cuando estábamos todos sentados en la mesa comiendo carne al jugo con papas mayo, ensaladas variadas, y una copa de vino; y excusó su ausencia con productos tecnológicos de ultima generación.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Utopía

Lamento inventarme tu silueta para llenar tantos rincones llenos de nada; lamento planear minuciosamente tus abrazos imaginarios, algunos días de regaño acompañados de una que otra blasfemia y otros días de amor y paréntesis nuestras mejillas cada vez que nos contamos fortuitas historias atestadas de miles de aventuras, (hasta lo mas terrible podría ser el mejor de los incidentes); Lamento imaginar lo tanto que me amas a veces y otras lo poco que te importo, lamento inventar la más hermosa y cruda de las miradas, el sonido de tu voz, tus mejillas pálidas que de vez en vez suelen ruborizarse para delatarte, la suavidad de tus manos tan puras que parecen estar tatuadas de ramitas azules, lo salado de tus lágrimas, la textura de tu cabello alterado, tu manera de caminar y las cosas no gustas de comer, tus manías raras que con el tiempo parecen mera cotidianeidad, nuestras tardes de pan con palta y café caliente y amargo, tus pies helados durante el invierno y nuestras conversaciones con tardes de helados y paseos por las calles durante el verano, la anchura de tu cadera, el sonido de tu corazón sereno y otras veces talvez agitado como código Morse cuando por las noches de mal dormir me acurruco en tí...Tantas variantes de nuestras vidas enlazadas en tumulto y un azar demasiado portentoso y dulce que nuestras vidas extrañas y ensimismadas forjan la más perfecta e inigualable utopía.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Telepatía

Aún con el más arduo de los intentos parece que ya no funciona la telepatía por estos días. Resulta que hoy ayer y la noche anterior escuché a un niño sabor a chocolate cantar una triste meldía y al terminar elevó su rostro al sol y luego desapareció; entonces hoy contemplé como moría el sol por la ventana (mientras por mi cabeza rebotaban las veces en que le llamaba y le llamaba), y fatigada de esperar el sonido de sus pasos nítidos entrar por la ventana dormité y derrepente desperté, pero solo ví un par de nubes bailar con el viento y toquetear las flores nuevas del ciruelo. Donde estas? Lloraste hoy, ayer o antes de ayer? Ilumina aún tu rostro el sol? Y aunque ya sea un poco tarde estoy mirando aún las estrellas fugaces, parece que me susurran leves palabras al oido, pero mi cabello crecio un poco hoy y está mañoso, y jugetea con los sonidos y no me deja entender bien... pero hay porfavor: que esta noche no terminen de palpitar tus ojos de miel.

domingo, 5 de agosto de 2007

Aveces, gracias.

Aveces (como hoy) me doy en el placer culpable de sacarte de quicio y hoy mas que nunca disfruto contemplando cada segundo de tus exaperadas manías por tener siempre la razón. Y esque el tiempo por nadie se queda atrás y como dijo lucasbar es éste el que siempre esta, lo que no está es la gente dispuesta. Tus odios se estan llenando de telarañas y tus miedos florecen de tu piel como en primavera..aveces asumir hace la vida más fácil. Te aprecio y aveces casi siempre tambien tiendo a odiarte, y entiende que ya no me importa... porque tus mañas ahora me las tomo con coca cola.

lunes, 23 de julio de 2007

Para qué


Para qué esforzarnos tanto, para qué gastar saliva, las palabras ya no son importantes y las fuerzas se agotan, si, es cierto, la frustración y la incertidumbre son considerablemente más fuertes, mas no debemos doblegarnos ante tal enemigo, pues el futuro incierto nos traerá más obstáculos aún, más caminos por escoger, más batallas por las cuales luchar hasta la muerte, pero esa voluntad que tanto anhelamos es más fuerte que la muerte, puede mas que todo el odio en el mundo y puede convertirse en logro y en meta, en sueños y realidades, nunca lo dudes porque siempre he de estar ahí para ti y aunque me niegues tres veces o más aunque entienda por qué... aún así, no soltaré tu mano jamás.

sábado, 16 de junio de 2007

Tu propia Cruz


Heredó la mirada profunda, de esas que te hablan, de esas esas con mágicos parpadeos perfectamente sincronizados, una mirada eléctrica con sabor a estrellas, arqueadas como almendras, esos brillantes cristales... heredó eso y nada más. La desdicha de esa mujer, de esa quien le dió los ojos se la arribó por su cuenta, ella murió de ignorancia y cobardía, murió de mujer fría, de abrazos mentirosos y de palabras vacías. La belleza de su rostro la secó por dentro y se llevó con ella su derecho de mujer y de madre, su destino y su final lo creó como una telaraña que ella misma tejió. Pero esa era ella, era un extraño mas; La vida nos da sorpresas...sorpresas nos da la vida? Tenemos la vida por delante para crear nuestro destino, que cada uno sea quien quiere ser.