sábado, 16 de junio de 2007

Tu propia Cruz


Heredó la mirada profunda, de esas que te hablan, de esas esas con mágicos parpadeos perfectamente sincronizados, una mirada eléctrica con sabor a estrellas, arqueadas como almendras, esos brillantes cristales... heredó eso y nada más. La desdicha de esa mujer, de esa quien le dió los ojos se la arribó por su cuenta, ella murió de ignorancia y cobardía, murió de mujer fría, de abrazos mentirosos y de palabras vacías. La belleza de su rostro la secó por dentro y se llevó con ella su derecho de mujer y de madre, su destino y su final lo creó como una telaraña que ella misma tejió. Pero esa era ella, era un extraño mas; La vida nos da sorpresas...sorpresas nos da la vida? Tenemos la vida por delante para crear nuestro destino, que cada uno sea quien quiere ser.